La Marina

Entrada Avinguda Marquès de l'Argentera del Parque de la Ciudadela

Escultor: Venanci Vallmitjana y Barbany, firmada, ejecución: José carcasas
Diseño: Josep Fontseré
Materiales: Piedra caliza

En noviembre de 1882 fueron encargados los cuatro grupos que se habían de colocarse en las puertas principales de la entrada del parque. Dos de ellos -la industria y el comercio- fueron encargados a Agapito Vallmitjana, mientras que las alegorías a la marina y la agricultura fueron encomendadas a su hermano Venanci. Todas ellas fueron esculpidas en piedra de la provincia de Lleida. A finales de noviembre de 1884 se estaban poniendo las estatuas de la agricultura y la marina a los pedestales de la entrada del Parque por el paseo de la Aduana (actualmente, avenida del Marqués de la). La marina fue la última de colocarse, acto que tuvo lugar el 3 de diciembre de 1884. Pesaban 400 quintales.

Al igual que en la representación de la agricultura, no deja de situar los accesorios tradicionales para dar a conocer aquella representación. En este caso, los accesorios son el ancla y las cadenas que se enrollan alrededor del pilón de hierro donde se amarran los barcos. Un brazo de la figura apoya sobre este elemento, mientras que la otra se sitúa en la cintura, posición que en su momento fue criticada debido a que se consideraba una posición poco elegante. Lo que sí se podría decir es que hay una musculatura exagerada en la pierna desnuda de la estatua, así como sale de manera ilógica. Esta pierna, que sale desnuda entre los pliegues del vestido, nos recuerda la manera de hacer de Bernini en uno de los ángeles que decoran el Ponte de Sant'Angelo de Roma.

Más criticable es una cierta desproporción que se encuentra en la anatomía del niño que acompaña a la figura femenina, y que coge una red de pescar. La solución dada a este putti demuestra una cierta desproporción, especialmente de la cabeza y el torso comparados con las piernas.

El diseño de la figura fue hecho por Venanci Vallmitjana, mientras que en la ejecución final intervino de manera muy notable el escultor Josep carcasa.

A diferencia de las esculturas de Agapit -y que dan en el Salón de San Juan, hoy paseo de Lluís Companys-, estas de su hermano Venanci tienen un acabado menor, especialmente en cuanto a la visión posterior de la escultura, indiscutiblemente menos ordenadas y cuidadas si se comparan con las firmadas por Agapito.

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